En el hospital donde se encontraba su “terapista”, logró
diseñarle un código de manera que el pudiera expresarse (utilizando los
parpados para indicar cual letra quería expresar hasta formar palabras y
frases).
Al inicio de la situación sintió mucha frustración y no
quería hacer nada, pero con el tiempo el inicio a progresar y a esforzarse más,
al punto de querer escribir un libro.
Esta película me dio una enseñanza muy grande, no solo como
persona sino como futura docente de educación especial. Como persona, saber y
ver esta clase de situaciones hace que uno quiera crecer y valorarse más por lo
que tiene, lo que puede hacer y lograr con todo esto. Y por supuesto no menos
preciar a quienes son diferentes a nosotros porque pueden lograr grandes cosas
igual o mejor que uno mismo. Y como docente me enseñó o me demostró que siempre
hay una salida o una forma de ayudar a los demás, que no existe el limite y que
debemos de tratar hasta el final porque al inicio puede ser duro pero siendo
constantes y esforzados todo va a progresar y terminará de la mejor manera
porque las “buenas vibras” y el esmero son “enfermedades” contagiosas.
"Nunca le pongas un limite a lo que puedes hacer"